lunes, 15 de noviembre de 2010

LA MENTE RIGE LA VIDA

Pienso que estoy amargada, desde en la prepa me llegaron a decir lo mismo, no sé si me sugestioné o qué otra explicación hay. No la terminé y me salí a trabajar. Mis hermanos y hermanas ya todos se casaron, soy la penúltima, tengo 27 años y me gustaría también casarme, pero no creo que nadie se aviente con mi carácter, es que he sido maltratada desde niña también por mis padres, mi papá nada más me hacía caso cuando mi mamá me acusaba de algo. Ya no nos dirigimos la palabra. Mi mamá siempre ha dicho que es difícil vivir conmigo, dice que estoy enojada con la vida, a veces pienso que tiene razón. ¿O será depresión lo que yo tengo?
RESPUESTA
Si lo piensas, debe ser cierto.... para ti. La mente rige la vida de cada persona. Lo que creemos en el interior, igual se da en el exterior, y si no, hacemos que suceda, poniendo más atención a los acontecimientos que confirmarán nuestros pensamientos. Es parecido a cuando queremos comprar un coche de determinado color y modelo, desde el momento en que lo elegimos, descubrimos en el tráfico muchos iguales, como si de repente la gente hubiera elegido lo mismo. Sin embargo, no es que ayer hubiera menos y hoy más, sino que estamos poniendo atención selectiva.
Juzgar que estás amargada es un pensamiento, una creencia. “No sé si me sugestioné”, dices. Sí, te sugestionaste. Según refieres, la imagen de ti misma proviene de oír opiniones ajenas: en la escuela me dijeron, mi madre dice...
Es normal que, de niños, aprendamos a pensar de nosotros mismos todo lo que dicen otras personas, especialmente los padres. Pero crecemos. De grandes, tenemos oportunidad de examinar y comprobar qué tanta verdad había en lo que nos dijeron. También podemos cambiar y ser distintos, o elegir continuar pensando igual, sin investigar, e inclusive llegar a creer que los pensamientos que tenemos son nuestros. No lo son, fueron inculcados.
Imagino que te preguntarás: ¿Y qué puedo hacer?
A todos nos toca vivir lo mejor posible y tomar en serio la propia vida, a pesar de los errores de los padres. Se toma en serio si decimos: Yo me encargo. Yo pienso lo que deseo pensar. Yo creo lo que quiero creer. Yo trabajo por lo que ambiciono lograr. Yo obtengo lo que necesito y no me hayan dado.
Lo anterior suele ser difícil, sobre todo si la costumbre de pensar mal de sí mismo está muy arraigada. Para eso sirve la psicoterapia profesional, ayuda a cambiar la manera de ver la vida. Significa que, aun si el medio ambiente no cambiara (si tu mamá u otras personas siguieran pensando igual), tú tendrías nuevos pensamientos y creencias, te comportarías de manera distinta y confiarías en ti misma. Creo que valdría mucho la pena que cambiaras tus gafas negras y usaras otras que distorsionen menos tu visión, unas que te permitan contemplar tu realidad.

APOYARSE EN FAMILIA

Perdí a mi bebé y ya no sé qué hacer para sacármelo de la mente, pienso que se podría haber salvado porque le avisé a tiempo a la doctora que no sentía que el bebé se moviera, pero ella dijo que esperáramos y no hizo nada. A la semana volví a consulta y fue cuando me dijo que el bebé ya estaba muerto, todavía me dejó dos días más antes de hacerme un legrado. Yo sentía y siento mucha desesperación, a veces quisiera demandarla y luego digo para qué, no me han de devolver a mi bebé. Yo sé que estoy mal porque sigo preguntándome por qué esto y por qué lo otro, tengo otros dos hijos que le doy gracias a Dios por ellos y pienso que de ahí voy a sacar fuerza. Es que no sé qué hacer para terminar este capítulo de mi vida.
RESPUESTA
Estás pasando por el duelo de tu bebé. Los duelos son dolor por una pérdida, y la tuya es muy grande. Como duele tanto, quisieras terminar de una vez y que se te olvidara. No es posible, a los duelos hay que darles su tiempo. Igual que cuando se sufre una cirugía, se requieren cuidados especiales para lograr la recuperación.
A veces, ante los acontecimientos dolorosos, nos distraemos de lo esencial, pensando: “Podría haber sido de otra manera... si la doctora hubiera... si yo hubiera... ¿por qué me sucedió a mí?”.
Lo esencial es que eres la madre de un bebé que murió, y no tuviste oportunidad de mostrarle todo tu amor, no en vida de él, ni teniéndolo en los brazos; pero todavía puedes decirle muchas cosas, como: “Hijito, yo soy tu mamá. Te extraño. Hubiera querido que vivieras y tenerte cerca. No se pudo. De todas maneras formas parte de esta familia. Tu papá se llama (dices su nombre). Tienes dos hermanitos que se llaman (dices los nombres). Todos sufrimos por tu ausencia y deseamos que, en donde estés, te encuentres bien. Te mandamos nuestro amor y aceptamos tu destino. Nosotros seguiremos un tiempo más con vida, porque así es nuestro destino”. O tal vez quieras presentarlo a tu gran familia, a los abuelos y bisabuelos de tu hijo, y digas: “Este niño forma parte. Por favor, tómenlo y acójanlo, es uno de los nuestros”. De esta manera, podrás tomar fuerza de tus ancestros y no de tus hijos; ellos más bien necesitan tomarla de ti y de su papá.
Sería provechoso para ti y para tu familia que hablaran de lo que sienten. Como es difícil, porque todos temen enterarse de cuánto es el dolor de cada uno, y están aguantando lo más que pueden para no empeorar las cosas y no lastimar a los demás (así es, aun cuando llegara a parecer lo contrario), les recomiendo que tomen terapia profesional en conjunto, a fin de que asimilen la pérdida y estrechen sus lazos afectivos. Si no se tiene un cuidado especial, o se le resta importancia a una experiencia de este tamaño, pueden llegar a sentirse solos cada uno, y a disminuir la confianza de que recibirán apoyo mutuo en familia.
Deseo que este evento les ayude a descubrir cuánto se aman y de qué maneras pueden cuidar unos de los otros.

lunes, 1 de noviembre de 2010

DESENCANTO AMOROSO

Cuantas veces has creído estar en el lugar correcto, en la hora precisa,
en el instante inolvidable que jamás llegó ni llegará, cuando te entregas con tu corazón sin recibir lo que tú sientes, sólo tristezas y desencantos. Qué triste es que un amor grande llegue a su fin. El desencanto es su tumba... y ni para llevarle flores. Vivir sola en tus adentros, es mejor que guardes ese deseo que te hace vibrar. Todo tiene un límite y en este caso creo que se rebosó la copa, miro hacia todos lados y todo se ha ido, o todo sigue, pero no sigue igual, ya nada es igual ni volverá a serlo nunca, y debo afrontarlo. Duele.
RESPUESTA
Gracias por tu correo, muy lindo. Has sido capaz de imprimir belleza al desencanto, que no es agradable. Reflejas sentimientos que todos hemos tenido alguna vez, cuando alguien muy amado nos muestra un rostro que no le conocíamos. Sufrimos. Quisiéramos encontrar la receta que lo (o la) haga cambiar, que lo (o la) modifique y transforme como nosotros necesitamos que sea. El dolor de comprender que nuestros anhelos no pueden ser cumplidos es muy grande, tan grande como las expectativas y las emociones que invertimos en la relación. Sin embargo, el desencanto no es la tumba del amor, sino la cuna de un amor distinto, más grande y realista.
Sublime es poder amar como tú has amado. Como estás amando. Tú lo dices: cuando te entregas con tu corazón. La experiencia es extremadamente valiosa y bella. Luego, siempre, viene el desencanto, inclusive si los amados logran consumar su amor, casarse, vivir juntos, tener hijos… porque la fantasía vuela e imagina una felicidad sin fin… que no existe. A lo más, la felicidad está formada por destellos, fugaces, que si hay suerte (y tenacidad), se repiten con frecuencia.
No hay experiencia más retadora que amar profundamente, ya que implica soñar y entregarse, pero también ser capaz de retomarse y volver a ser sí mismo o sí misma. Te encuentras en la segunda parte, la de recoger tu corazón y seguir entrenándolo para un segundo amor, más amplio y consciente, que se entregará con medida y se recuperará de los desencantos.
Este tema es mi favorito y le dediqué un libro, quizás lo conoces o te guste leerlo, “Biografía del amor”. Está a la venta en Porrúa, Gonvil y otras librerías. En él describo el proceso como el amor evoluciona. Me despido deseándote paz interior.