viernes, 28 de enero de 2022

LO MALO DE SER O DE TENER UNA MADRE O UN PADRE ENGRANDECIDOS

Los humanos reaccionamos a veces de un modo admirable y otras, de manera tóxica. No existe el humano que jamás haya cometido errores, lo cual nos incluye y también a nuestro papá y nuestra mamá, pues todos los humanos estamos aprendiendo continuamente por ensayo y error. ><. Una equivocación frecuente consiste en engrandecernos a nosotros mismos o engrandecer a alguien más. Me refiero a atribuir (exigir) tal perfección a la persona engrandecida que no admitimos error en ella. No lo vemos. Necesitamos negarlo para poder amarla. Y cuando descubrimos uno, somos víctimas de un rencor tan grande como si nos hubiera traicionado. A veces, preferimos odiar a la persona que engrandecimos antes que cambiar nuestras expectativas irreales sobre ella. “Nunca me creí capaz de... Eso no soy yo”. “Nunca creí a mis padres capaces de... Esos no son mis padres”. ><. La adolescencia suele ser una época de enormes desengaños acerca de los propios padres debido al crecimiento y la expansión de la consciencia. Aquel niño o niña que antes decía “papá (mamá) lo sabe todo”, “papito, mamita, eres perfecto (perfecta)”, se da cuenta de que sus padres tienen unos defectos que antes no había visto. Sufre al descubrirlos. Tiene que optar por seguir queriéndolos a pesar del desencanto. Si no lo logra, se erige en juez, los compara con sus ideales, les exige que se ajusten, los condena por no haberlo hecho antes y no hacerlo ahora y les aplica un severo castigo por sus “insuficiencias”. “Ya no le hablo a mi papá (a mi mamá)”, “odio a mi padre (a mi madre)”, “jamás perdonaré que (papá o mamá) haya sido estafador, infiel, alcohólico, ausente, violento, débil, etc., etc.”. ><. Ser hijo o hija del padre o la madre perfectos es una ilusión infantil. Nadie lo es. ><. Hacernos el ánimo a haber nacido de unos seres humanos comunes y corrientes, portadores (como todos) de características lindas y feas, es poner los pies en la tierra. Amarlos como son es resultado de un gran trabajo interior: el de mirarnos y mirarlos como lo que somos: ínfima parte de la humanidad, uno más de los siete mil quinientos millones de habitantes del planeta, sin derecho a exigir a nadie “hazme sentir cómodo”. Aquí la palabra clave es exigir. En cambio: recibí la vida ¡gracias!, de dos personas que ya eran como eran cuando yo nací y que decidieron no abortarme, sino hacer algo para que yo siguiera viviendo. ¿No me gusta lo que hicieron? Pues no me gusta, es todo. Condicionar mi felicidad actual a las decisiones que ellos tomaron es engrandecerlos demasiado. ><. Lo anterior va en sentido opuesto a lo que está de moda pensar, que los hijos tienen derecho a que los padres los mantengan cómodos y los protejan de todo dolor, ¡como si esto fuera posible y deseable! ><. De ninguna manera estoy menospreciando lo bueno que hacen los padres por los hijos, y viceversa. Tampoco confundo el amor, la admiración y gratitud que mutuamente puedan darse, con el engrandecimiento. Este último se distingue en que la excepcionalidad solo se está en la mente de quien la piensa y es exigida como obligatoria. Exigida. Nunca el amor, la admiración o la gratitud se exigen sino que dan gratuitamente. E igual se reciben, sin costo. ><. Ser o tener unos padres engrandecidos a nadie beneficia. Al engrandecido se le atribuye todo el poder y la responsabilidad. Hay padres que se sienten rectores de sus hijos aunque estos ya sean adultos. Hay hijos de 40, 50, 60 o más años que siguen quejándose de lo que sucedió en su infancia, o dejan de tomar decisiones importantes porque sus padres no las aprobarían. No se sienten de la estatura de los padres ni tan adultos como ellos. En su mente los han engrandecido. ><. “Psicología” es una columna abierta. Puedes participar con ideas, temas, preguntas o sugerencias en psicologa.dolores@gmail.com

lunes, 17 de enero de 2022

LO LINDO DE VIVIR CONTIGO

Seas tú como seas, vivir contigo es un regalo para quienes te rodean. Somos seres sociales por naturaleza, de manera que tu existencia siempre aporta algo a los demás. Ningún ser humano puede estar completamente solo sin ser disminuido; te necesitan. ><. Sin relaciones (una familia, un grupo, alguien que nos cuide y enseñe) jamás un humano llegará a ser humano (ni siquiera Tarzán o el Niño Salvaje), aunque posea el ADN propio de la especie. Esto significa que no basta con la herencia biológica, la convivencia nos otorga infinidad de cosas sin las que no podríamos pensar ni tener consciencia de nosotros mismos.><. Tú, yo y todos vivimos en sociedad. A veces resulta muy molesto; sin embargo, es el precio que debemos pagar para continuar con nuestro desarrollo físico, mental, afectivo y social. (También el espiritual, pero es sabido que, todavía en nuestra época, a quien menciona al espíritu suele considerársele “poco científico”, a pesar del apoteósico despertar espiritual de mucha gente). Tú, yo y todos los que vivimos en sociedad aportamos algo, y recibimos algo, y esto constituye lo más maravilloso de la vida; los momentos de dicha, nuestros mejores recuerdos... También lo más doloroso.><. Salió un sembrador a sembrar... de su morral sacaba semillas que esparcía en la parcela... Es decir que tú, yo y todos los que vivimos en sociedad somos sembradores de lo que tenemos para dar: nuestra historia, experiencia, sistema de creencias, expectativas, hábitos buenos o malos, sonrisas, lágrimas, éxitos, frustraciones, ilusión, desengaños... Cada ser humano tiene en su jardín lo que cultiva y prefiere.><. Seas tú como seas, vivir contigo es un regalo. Quizá cuando llegas a un lugar o reunión tu presencia otorga a los presentes paz, seguridad y placer. O no. También serías un regalo si fueras un cascarrabias que todos los días se levanta de malas; es responsabilidad de los otros decidir si quieren que tus semillas prosperen en su jardín. Quizás seas para ellos un maestro que, a través de la práctica, les enseñas cómo aprender paciencia, tolerancia, respeto, capacidad para decir que no...><. El contenido de tu mente y corazón lo seguirás derramando a tu paso sobre este planeta durante todo el breve lapso en que te toque estar respirando. Y lo que tú regales te sobrevivirá: alguien que se hizo más dulce y amoroso debido a tu influencia seguirá derramando amor a su alrededor, o alguien tomará la estafeta de seguir produciendo los ambientes hostiles y a punto de hervir que tú acostumbrabas provocar. Si tienes hijos, ellos serán tus principales herederos y sucesores. Cooperas activamente con el ambiente.><. ¿Qué opinas, el calentamiento global se puede interpretar como la manifestación del hervor de las pasiones y los anhelos de quienes somos habitantes del planeta? “Psicología” es una columna abierta. Puedes participar con ideas, temas, preguntas o sugerencias en psicologa.dolores@gmail.com

lunes, 10 de enero de 2022

DISTINTAS ÉPOCAS, PALABRAS Y MANERAS DE PENSAR

Hace años vi una película llamada “Mundo de Silencio” o algo así. El protagonista, enamorado de una mujer totalmente sorda, por amor a ella y para comprender su mundo se sometía voluntariamente a experiencias de silencio total, como sumergirse en albercas y cabinas a prueba de ruido. En aquel tiempo me pareció poco probable tal cosa en la vida real, pero hoy me pregunto si sería el caso que las generaciones de los mayores pudiéramos tener un amor similar al de este protagonista por su amada, nosotros por las generaciones más jóvenes, y nos interesáramos por conocer su mundo. ><. Un día, se me vino la peregrina idea de que las series y películas deberían contar con una advertencia que rezara así: “Para mayores de 16 y menores de 40”, porque al verlas, los de mediana edad o más exclamamos: “¿Qué es esto?”, “¿En verdad así piensan y viven los jóvenes?”, “¿Qué les están inculcando?”.><. La barrera generacional es hoy más acentuada que antes. Las generaciones percibimos el mundo de manera distinta, con pensamientos distintos. El mundo donde crecimos los de las generaciones Equis y más atrás ya solo existe en el recuerdo, no en la realidad. Crecimos sin escuchar las palabras bitcóin, dispositivo, virtual, memes, selfies, facebook, instagram, twitter, viralizar, trolear, sororidad, feminicidio, viagra, antitaurino, coronavirus, pandemia, confinamiento, bot, ciberacoso, cubrebocas, hisopado, vegetariano, vegano, gay, metrosexual, trans, cisgénero, sexo binario, bisexual, lenguaje inclusivo, heteronormativo y otros cientos de términos que sería largo enumerar.><. También diferimos en lo que esperamos encontrar en libros, series y películas de lo que esperan las generaciones de cuarenta o menos. Para estas, da la impresión de que una obra está incompleta si no contiene escenas de drogas, palabras altisonantes, violencia extrema, tomas sexuales tan explícitas que antes las consideraríamos pornográficas, de homosexualidad, cambio de sexo, disolución de parejas y matrimonios, familias ensambladas y ausencia o ridiculización de las religiones.><. Podemos escandalizarnos todo lo que queramos de los numerosos cambios que estamos presenciando, pero esto no beneficiará a nadie; los adolescentes y jóvenes viven con sus pares su propia subcultura y luego vuelven a casa a otra subcultura muy distinta y es probable que no sepan qué hacer con ambas ni cómo armonizar tantas contradicciones. Es posible que en su interior desarrollen confusión, culpabilidad o, en el peor de los casos, decidan que los valores que se les inculcaron son obsoletos, basura.><. Comencé hablando de un amor que motiva a explorar el mundo del amado, y di por sentado que las generaciones mayores amamos a las nuevas y nos interesa su bienestar.><. Cuando me refiero a explorar ese mundo desconocido no lo hago en el sentido de otra película que vi hace décadas llamada Joe, en la que dos hombres adultos se internan en comunas hippies en busca de la hija de uno de ellos. Cuando entran se enfurecen con lo que ven, pero también “aprovechan” y se vuelven peor de drogadictos y promiscuos y acaban disparándoles a los adolescentes. Esto equivaldría a explorar con mirada severa, condenadora o envidiosa de que para los jóvenes sean accesibles situaciones que secretamente hubiéramos ambicionado para nosotros.><. Se trata de asumir que este es nuestro tiempo también. Estaríamos derrotados si pensáramos: “Qué mal está todo, ya mejor preferiría morir y que ruede el mundo”, o lo opuesto: “Deberían poner leyes más estrictas que prohíban lo que está pasando”. La sugerencia de este artículo consiste en mirar con amor a las generaciones nuevas, estar conscientes de que ellas no inventaron estas mentalidades sino que son el blanco de bombardeos ininterrumpidos para que las asuman, y ser capaces de hablarles respetuosamente hasta juntos encontrar su propio bienestar.><. “Psicología” es una columna abierta. Puedes participar con ideas, temas, preguntas o sugerencias en psicologa.dolores@gmail.com

martes, 4 de enero de 2022

ESTAMOS CRECIENDO

Crecer es una ley universal. Cuando el desarrollo corporal termina, el mental y el afectivo continúan hasta la muerte, de ahí que nuestras características (tanto las positivas como las negativas) sean aumentadas y más evidentes con el paso de los años; la persona que en su juventud es dulce y amorosa lo será más aún, lo mismo la gruñona y la grosera. Siempre crecemos, en todos los sentidos, aunque la edad nos vuelva más lentos.><. Cuando éramos niños, en estas fechas escribíamos cartas a los Santos Reyes pidiendo lo que deseábamos. Con los años, nuestros deseos han cambiado (sería triste que fueran los mismos, porque hemos crecido) y estamos en tiempo de “hacer nuestra cartita de peticiones” no a los Santos Reyes, sino a aquellas grandes fuerzas que mueven al Universo por las cuales los pensamientos se vuelven cosas.><. ¿Cómo sucede que los pensamientos se vuelvan cosas? Todo cuanto existe fue primero un pensamiento. Si determinada mente piensa en una silla y sostiene ese pensamiento el tiempo suficiente, llegará el momento en que el dueño de esa mente se movilizará en la invención de un diseño; después, en conseguir y modificar materiales de acuerdo a lo pensado y de pronto ¡aquí está la silla! Lo mismo sucede con un motor, un auto, un arma, unas vacaciones, un discurso o lo que sea; alguien primero los pensó y luego se hicieron realidad. ><. Lo importante es pensar qué es lo que queremos. Cuando digo que es tiempo de hacer una carta de peticiones me refiero precisamente a esto: saber qué es lo que queremos. Una vez concebido el pensamiento, tarde o temprano sucederá lo necesario para volverlo cosa.><. También los pensamientos desordenados y caóticos se vuelven cosas, pero las personas que son dueñas de esas mentes no se dan cuenta y tampoco se toman la molestia de conocerlos y modificarlos lo suficiente para que sean gratos. Sin embargo, los sostienen el tiempo suficiente para que se manifiesten en la realidad y los escuchamos decir: “La vida es una mierda”, “nací con mala suerte”, “todo me sale al revés” y tantas otras expresiones que guardan en su mente como si fueran tesoros. Tarde o temprano se les vuelven cosas, y no les gustan. Peor aún, la realización parece demostrar que tenían razón.><. Estamos creciendo. Nunca hemos tenido que hacer esfuerzo alguno para crecer, solo podemos determinar la manera: con o sin salud, fuertes o débiles, contentos o tristes, agradables o repulsivos. Hacer ahora una “carta de peticiones” para el año que comienza puede mejorarlo en todos los sentidos. Y ya que hemos de crecer con o sin nuestra voluntad, mejor será que nos aseguremos de decirle a nuestra mente en qué queremos que ocupe sus maravillosos recursos y pedirle que se haga cargo de movernos en la dirección del cumplimiento de nuestros anhelos.><. Deseo para todos mis lectores una armonía tal entre su cuerpo, mente, corazón, ambiente y Espíritu que los días de este 2022 sean fluidos como el agua, que siempre encuentra su nivel sin necesidad de preguntar por el camino.><. “Psicología” es una columna abierta. Puedes participar con ideas, temas, preguntas o sugerencias en psicologa.dolores@gmail.com