lunes, 22 de febrero de 2021

AGRADECIMIENTO

¿Has oído hablar del “centésimo mono” o de los “campos morfogenéticos”? Ambos son ejemplos de una teoría llamada “de la masa crítica”, según la cual, todos los miembros de una especie reciben, como si fuera un regalo, como por telepatía, determinado aprendizaje que otros miembros adquirieron practicándolo, a condición de que estos últimos logren completar un determinado número (la masa crítica).><. La teoría sigue en estudio y en lo personal me es simpática; imagino que millones y millones de humanos hacemos algo en favor de la concordia entre nosotros y de repente un día ¡bum!, completamos la masa crítica y toda la raza humana cambia, abandonamos nuestras rencillas y resentimientos y vivimos en paz y con respeto. No deja de ser un linda aspiración.><. A propósito de hacer algo a favor de la humanidad, el martes pasado, nuestro Periódico a.m. me invitó a una entrevista sobre la importancia de conservar la propia salud mental en la pandemia. Fue un placer y un honor aceptar su invitación y ¡oh maravilla de las redes sociales que siempre sorprenden, aunque ya sean usuales! Mayra Córdoba, la entrevistadora, en su casa u oficina y yo en la mía, conversando en pantalla. Muchas gracias por la invitación y muchas gracias por escucharnos. ><. Posteriormente a la entrevista me sucedieron cosas agradables: exalumnas de las que no había tenido noticia en décadas se comunicaron conmigo desde CDMX, España y Argentina para saludarme y felicitarme. Fue emocionante y encantador. “Me pareció que estaba en clases, en 1967, escuchándola”. “Estoy disfrutando escucharte. Me haces recordar hace años, cuando me dabas clase”. “Lolita, qué gusto volver a saber de ti y escucharte. Gratos recuerdos”. Y personas de contacto más reciente me han mandado mensajes o llamado por teléfono. Muchas gracias a todos, ha sido muy alentador para mí recibir sus mensajes y escuchar sus palabras. ><. Recuerdo a mis alumnos y alumnas con profundo afecto y agradecimiento. En su momento compartieron conmigo su energía, su juventud, sus anhelos e ilusiones. Por lo general recuerdo como eran, en dónde estaban, qué cosas sucedieron en aquel tiempo. Es probable que si vuelvo a encontrarlos me falle la memoria y no pueda reconocerlos de inmediato, y lo lamento. Eso no significa que he dejado de considerar valiosos sus presencias y el tiempo en que pudimos convivir; ambas cosas las llevo en el alma como regalos que hace la vida y no es posible recompensar. ><. Igual sucede con mis amigas del club. Habíamos formado un estupendo grupo pero ya no hemos podido reunirnos. ¡Cuánto las extraño! Algunas de ellas también se pusieron en contacto conmigo debido a la entrevista. Muchas gracias. ><. De las que me llamaron, alguna mencionó su espiritualidad como un recurso que no incluí en la entrevista. Refiriéndose a que yo señalé que nos sentimos amenazados de muerte, dijo: “No creo que esta pandemia esté acelerando nuestra fecha de caducidad, solo está provocando que vivamos con miedo el tiempo que nos resta. A mí me funciona confiar en que Dios sabía, desde que nací, cuánto tiempo me iba a dejar en la tierra, y que el pretexto para morir iba a ser lo de menos”.><. “Psicología” es una columna abierta. Puedes participar con ideas, temas, preguntas o sugerencias en psicologa.dolores@gmail.com

viernes, 19 de febrero de 2021

DISTINTAS CORRIENTES EN PSICOLOGÍA Y COVID-19

Agradezco la colaboración de la Psic. Irma Campos Escalante, directora del Instituto de Desarrollo Humano de León, A.C. Dentro de la Psicología existen corrientes de pensamiento que influyen en la manera como esta ciencia lee los eventos más impactantes de la actualidad, como el confinamiento, la gran cantidad de personas que fallecen a consecuencia de la pandemia, los que han muerto en situaciones de abandono, por ejemplo en la banqueta afuera de un hospital por no encontrar lugar para ser atendidos, los trabajadores y profesionales de la salud que arriesgan su vida por otros y quedan en el anonimato. ><. Las corrientes dominantes durante la primera mitad del siglo XX fueron el Conductismo y el Psicoanálisis. ><. El Conductismo propone que el aprendizaje surge al modificar la conducta. Por lo tanto, si se quiere modelar un rasgo o comportamiento, entonces se propician y controlan interacciones del sujeto con un E(estímulo), una R (respuesta), y un R’ (refuerzo o ganancia). La conducta reforzada será aprendida. La no reforzada se extinguirá. El castigo no ayuda a la modelación, solo provoca conductas evitativas. ><. Según este enfoque, si un profesional de la salud no recibiera ninguna clase de reconocimiento a su labor (R’), dejaría de realizarla (extinción de la conducta) o la haría mal. Y las muertes provocarían que los sujetos tendieran a presentar conductas evitativas o indiferencia del tipo “no me importa”, para protegerse del dolor. Sería triste pero previsible que, sin los refuerzos adecuados, nuestra sociedad desarrollara desinterés e indiferencia hacia el sufrimiento y el dolor del otro, las personas perdieran la capacidad de ser solidarias entre sí y las muertes pasaran a ser hechos estadísticos e intrascendentes.><. Psicoanálisis. El doctor Sigmund Freud, fundador del Psicoanálisis, estudió el inconsciente y los vínculos humanos en el desarrollo del individuo.><. En su escrito titulado “Duelo y melancolía”, describe el duelo como reacción no solo ante la muerte de un ser querido, sino también de una abstracción que haga sus veces, como la patria, la libertad, un ideal, etc., y afirma que el sujeto es capaz de entenderla y aceptarla través del “trabajo del duelo”. Dice que la melancolía comparte características con el duelo pero se eterniza en el tiempo, volviendo patológico lo que en el duelo normal es esperable.><. Según Freud, en el duelo normal la persona ve al mundo pobre y vacío sin aquello que amaba; en cambio, en la melancolía, eso le ocurre al propio yo; el sujeto se ve a sí mismo pobre y vacío. “Es perder a alguien perdiendo un trozo de sí”, escribe.><. En ambas opciones están presentes la omnipotencia (yo podría haber hecho algo más), la negación (esto no está pasando, esto no es accidental), la idealización (era mi máximo, lo mejor), y la ambivalencia (te odio por abandonarme, odio a los médicos y enfermeras que te cuidaban). ><. La solución sana consiste no en desprenderse del muerto ni tampoco olvidarlo, sino instalar a ese ser que se fue en un lugar inolvidable.><. Volviendo a nuestra situación de pandemia, con nuestro aislamiento, nuestros muertos, enfermos, médicos y enfermeras, necesitaremos ubicarlos en un lugar inolvidable, por nuestro propio bien.><. De estas dos corrientes emergió una tercera: La Psicología Humanista y Existencial, con teóricos como Abraham Maslow, Carl Rogers, Victor Frankl y Rollo May, entre otros.><. El Humanismo atiende poco a lo mecánico del E-R-R’ y a la comparación entre normalidad y patología; en cambio, contempla a la persona como objeto luminoso de estudio. Desarrolla una nueva disciplina que investiga los fenómenos más sanos del ser humano, como el amor, la intención positiva, la creatividad, la comunicación, la libertad, la capacidad de decidir, el cambio terapéutico, la autenticidad y el arte de ser uno mismo, pues de allí emergen el sentido de respeto y la responsabilidad. Con esto, traza un camino sano o sabio, equilibrado y pleno, de autenticidad, autoaceptación y aceptación de todo lo que existe. ><. En el Humanismo no se espera que el mundo cambie y la adversidad se aleje, sino que dentro de los avatares de la existencia, la persona se mantenga centrada en descubrir, obtener y conservar en sí misma las maravillas que el ser humano encierra (y que son muchas más que las descritas arriba). ><. Querido lector, a mirarnos en el espejo para descubrir lo maravillosas personas que somos, también cuando la adversidad nos lastima.><. Nota: Por espacio, hemos mencionado pocos conceptos y de solo 3 corrientes. Esto no hace justicia a la riqueza de cada teoría ni a las no incluidas.

lunes, 8 de febrero de 2021

URGEN LAS VACUNAS

NOTA: LA APLICACIÓN OMITE LOS PUNTO Y APARTE. Sin entrar en detalles de porcentajes de protección y otros rollos que han suscitado las vacunas, URGEN.> <. El estado de pánico en que vive la población hace recordar el conocido cuentecillo de la Peste que llegó a una ciudad para matar a 1 000 personas y luego se iría. Cuando ya estaba de salida, uno le reprochó: “Dijiste que matarías a 1 000 y fueron 10 000”. Ella contestó: “Yo maté a 1 000, el miedo mató al resto”. El miedo puede seguir matándonos.> < . Si las vacunas logran reducir a la mitad nuestro temor, será buena ganancia. Que la población se perciba protegida y no delegue en el Estado ni en los demás el deber de protegerla y vigilarla. Que se abra plenamente la actividad económica, por favor, porque es malo que esto se prolongue más y provoque situaciones de hambre. Que podamos vernos y abrazarnos de nuevo, sin sentir que las expresiones de amor nos ponen en peligro de muerte. Que los niños y adolescentes regresen a clases asistenciales y aprendan lo que deben aprender de las experiencias gratas e ingratas propias de la convivencia escolar. ¡Es su etapa de socialización y se les está truncando! ><. Urgen las vacunas. ><. Será un gran servicio a la comunidad proporcionarlas. En esta situación de emergencia, sería lindo que el Estado y la iniciativa privada compitieran por traerlas, y una excelente oportunidad para que esas dos instancias colaboraran en beneficio de todos. Pondrían a miles de personas al servicio de las demás llevándoles una esperanza de estar a salvo. Muchos miles más reasumiríamos nuestras vidas completas, sin las trabas y mutilaciones que vivimos por la mal llamada cuarentena que pronto cumplirá un año. ><. Es tanta la urgencia que la población experimenta que han comenzado a presentarse reacciones exageradas, tanto de miedo como de envidia y coraje. Un ejemplo: Nuestro paisano Pepillo Origel movió cielo y tierra a fin de hacer un viaje internacional para vacunarse, y lo logró. Los que no podemos hacer un viaje similar ni contamos con “palancas” suficientes tenemos que quedarnos aquí. La poderosa reacción de condena en redes sociales me hizo recordar un episodio que ya he contado muchas veces de cuando yo era una niña pequeña. Una tormenta había hecho correr gran cantidad de agua por la calle de frente a mi casa y varios niños descalzos jugueteaban en la corriente, pero a mí mi mamá no me dejó salir, aduciendo que podría cortarme con algún vidrio. Yo veía por la ventana aquellos niños divertidos pensando: “Pobres, se van a cortar”, pero con ganas de que en realidad les sucediera. Les tenía envidia.><. Todos sentimos envidia alguna vez. Si no hacemos algo para comprenderla y encauzarla, terminamos proclamando una “igualdad de derechos” que en realidad es un impedimento para disfrutar de que otro posea un bien que no hemos podido obtener y lo desearíamos. “Si yo no lo tengo, que nadie lo tenga”.><. Nuestra pesadilla de nombre COVID-19 no ha concluido y estamos más vulnerables que de costumbre ante nuestras emociones. Necesitamos hacerla más llevadera y evitar que las emociones nos manipulen o nos agrien el carácter. Es difícil lo que estamos viviendo; sin embargo, nuestra tarea más importante es estar bien y lo más felices que sea posible. Podemos lograrlo, y sigue siendo cierto que LAS VACUNAS URGEN. ><. “Psicología” es una columna abierta. Puedes participar con ideas, temas, preguntas o sugerencias en psicologa.dolores@gmail.com

lunes, 1 de febrero de 2021

TIPOS DE CONDOLENCIAS

(Nota: la aplicación omite los puntos y aparte) Expresar “condolencia” significa hacer sentir el propio apoyo a una persona que acaba de perder a un ser querido, a sabiendas de que la muerte de alguien amado es quizá la experiencia más difícil de manejar. Nos desgarra el alma. Similar, pero distinto, es oír que murió un conocido cercano; esto da miedo y hace que recordemos la propia muerte de la que no nos gusta hablar; sin embargo, nos sentimos comprometidos a brindar nuestro apoyo de alguna manera. Se necesitan fuerza y amor para sobreponerse al desagrado que ocasiona la cercanía de la muerte y ser uno capaz de brindar un respaldo sincero. > <. Antiguamente (es decir, hace un año), nos vestíamos de negro y acudíamos al sepelio para sostener y apuntalar a los deudos con nuestra presencia. La expresión de las condolencias era muy breve: un abrazo, unas palabras al oído, quizás un obsequio adecuado. > < . Hoy los rituales fúnebres han cambiado. En los peores casos, los familiares acompañaron a su ser querido hasta dejarlo en el hospital y poco después recibieron una urna con sus cenizas, sin que les fuera posible estar presentes, tomarle de la mano en sus últimos momentos y asegurarle que estarían bien después de su partida. No siempre la situación es así de cruel pero sí un poco: ya no es permitido que se reúnan multitudes a dar el adiós al que se va (en las salas se reciben 10 o 12 asistentes con “sana distancia”) ni abrazar a los deudos para decirles unas palabras. Sin embargo, los parientes y amigos del difunto siguen necesitados del apoyo de su grupo de referencia. > < . Dado que todos hemos estado o estaremos en la situación de expresar cercanía en un evento que no solo duele sino que también asusta, ¿cómo prefieres recibir y dar tus condolencias? ¿Con cuáles de los siguientes te identificas? > < . Ves de lejos que viene el amigo que perdió a su mamá y te cambias de acera, porque piensas: “Me pone triste y no voy a saber qué decirle”. > < . Sigues adelante y de lejecitos le gritas: “Lo siento, ¿eh?, lo siento, adiós”. > < . Lo encuentras y le dices: “Supe de tu mamá, ¡qué bueno que ya descansó, estaba sufriendo demasiado, a veces la muerte es un alivio!”. > < . Lo buscas, y cuando está cerca rompes a llorar como si el muerto fuera tuyo, le dices cuánto te duele su partida y esperas que tu amigo te consuele en lugar de consolarlo. > < . Vas de visita a su casa y duras dos horas platicando con él de lo mismo mientras comes sus botanas y aceptas un café o un refresco. > < . Te sientes francamente acobardado o temes ser inoportuno, entonces optas por enviar a su casa un pastel, una maceta linda, flores o una canasta con fruta y una nota escrita con tu puño y letra expresando tus sentimientos y deseos de que la familia esté bien: “Amigo, recuerdo con cariño a tu mamá, siento su partida, recibe un abrazo”. > < . Te detienes o incluso buscas el encuentro con tu amigo para decirle: “Supe lo de tu mamá, qué pesar, ¿cómo fue?, ¿qué pasó?, ¿cómo estás?”. Y luego, escuchas sin interrumpir la descripción dolorosa (porque no puede ser alegre ni agradable) de lo que sufrió la enferma o del impacto que dejó en sus familiares y cómo se sienten de afectados. Quizás te permitas algún contacto físico a pesar de la cuarentena como tomarle una mano o un abrazo rápido. > < . Obviamente no es igual dar las condolencias por un ser querido muy cercano que por un vecino del que no conoces el apellido, pero unas palabras amables y oportunas le hacen bien a cualquiera. > < . “Psicología” es una columna abierta. Puedes participar con ideas, temas, preguntas o sugerencias en psicologa.dolores@gmail.com