martes, 18 de junio de 2013

TERAPIA DE CONTENCION


La Terapia de Contención consiste en establecer un intenso contacto físico, mediante un abrazo firme y prolongado, entre dos personas que se encuentran en conflicto. Durante el abrazo, ambas reconocen y expresan sus sentimientos ambivalentes de amor-odio y practican el control en la manifestación de las emociones, persistiendo hasta que se restablece la liga afectiva que existe entre ellas. ¿Suena fácil, o difícil?

Es difícil, sobre todo por la tendencia masiva de ambas a huir del contacto. Para que el abrazo pueda suceder con éxito, la persona que dará la contención, generalmente la madre o el padre, previamente hace una constelación familiar a fin de conocer la dinámica existente entre los futuros “contenedor” y “contenido”, y asiste a varias sesiones de preparación.

Prepararse significa que la persona se ubica en su fuerza; se necesita muchísima para resistir sin abandonar la escucha de cosas que antes no ha podido oír, por dolorosas, y además de expresar los propios sentimientos al respecto, sea capaz de recuperarse y conectar con el amor que siempre subyace en las relaciones padres-hijos.

La sesión puede llevar tiempo, a veces dos o tres horas. La madre o el padre, o ambos, abrazan al niño y le hacen saber que no van a soltarlo hasta que los mire y comprenda cuánto lo aman. Éste suele defenderse incluso con violencia, y los padres siguen conteniéndolo firme y amorosamente. Como ya han estudiado la situación, saben lo que deben decir, y el terapeuta que los asiste va sugiriéndoles frases sanadoras. Cuando, por fin, el pequeño se rinde, ellos lo abrazan y le hacen saber que son sus papás y estarán apoyándolo siempre con su amor.

Mediante la Terapia de Contención es posible modificar la dinámica de la relación padres-hijo y establecer patrones de contacto,  en lugar de la tendencia a aislar o ignorar al hijo por las dificultades que ocasiona, enfrentar esos sentimientos de ira, tristeza, desencanto y otros, así como reconocer que el amor entre ellos es inmortal e indestructible.

La Terapia de Contención ha demostrado ser eficaz con niños que tienen trastornos del sueño, de la alimentación, incontinencia urinaria o fecal, neurodermatitis, asma, cuadros infecciosos frecuentes, agresiones contra sí mismos o los demás, hiperactividad, dificultades de aprendizaje, inseguridad básica (porque la madre enfermó, debió dejarlo en incubadora o se ausentó por cualquier otro motivo), niños tiranos, que han sufrido bulling grave y algunos casos de autismo. También ayuda a los padres en el asentimiento de sus cargas, pues una vez que han logrado resistir la tremenda experiencia de escuchar y seguir firmes en el amor, conocen el camino y saben que poseen la fuerza necesaria para tomar el liderazgo con el pequeño, y apoyarlo.

La Terapia de Contención también puede aplicarse con adultos, para la reconciliación con los padres vivos o muertos, contención para el duelo, para recuperar el amor materno, en parejas... Por razones obvias, ésta es menos frecuente.

“Psicología” es una columna abierta. Puedes participar con ideas, temas, preguntas o sugerencias en psicologa.dolores@gmail.com , o en facebook.com/Pascua Constelaciones Familiares.

 

 

 

 

lunes, 10 de junio de 2013

DISCRIMINACIÓN AMABLE


Leo su columna y a través de a.m. quiero expresar que a los adultos mayores no siempre nos agrada que nos den el diminutivo: señora Gracielita, señor Gustavito… o que utilicen determinadas frases que a mí me hacen sentir en una ubicación de inferioridad: “Mi chula”, “Mi reina”, “mi preciosa”, “mi niña” y otras por el estilo. Si mi nombre es señora Guadalupe, ¿qué trabajo les cuesta utilizarlo como es, sin adornos?, ¿por qué motivo deben suavizarse cuando se dirigen a mí? Quienes lo hacen me dan la impresión de que están pensando: “Pobre, tengo que dirigirme a ella como con los niños  chiquitos”. Es posible que algunas de mis facultades hayan disminuido por la edad o enfermedad; sin embargo, tengo mi fuerza y mi dignidad, trato de vivir lo mejor que puedo y no necesito esos apelativos “graciosos” que me dedican incluso personas desconocidas.

RESPUESTA

Me encanta que expreses tu opinión de que te desagradan los diminutivos y que la gente “se suavice” al dirigirse contigo, como suponiendo una debilidad que no tienes, y pides ser tratada con el respeto y consideración que se debe dar a cualquier persona.

No eres la única que presiente que puede haber “discriminación amable” hacia los mayores, recuerdo a un emprendedor hombre de negocios que, al cumplir los setenta y cinco, decidió abrirse a una experiencia de grupo y asistió a uno con personas de su edad, allí lo pusieron a hacer manualidades. Accedió de mala gana. Al salir, la enfermera que lo acompañaba comentó: “Se veían curiositos trabajando”. Él nunca regresó. “No quiero ser curiosito”, dijo. Se había sentido humillado.

Esta discriminación se explica, mas no se justifica, por el desconocimiento natural de las generaciones jóvenes acerca de las mayores; no pueden saber cómo es tener una edad más avanzada y a veces creen ser buenos portándose con condescendencia; mas dicha condescendencia deja entrever una ubicación de superioridad, un temor y una convicción: superioridad, si el joven se considera mejor y más adecuado que el mayor; temor, a volverse viejo e inferior; convicción, de que la juventud es el estado perfecto del ser humano. Paradójicamente, ahora que se amplía la expectativa de vida y aumenta el número de viejos, está de moda el pensamiento que envejecer es terrible y hay que evitarlo a toda costa, con cirugías, cremas, gimnasios, alimentación y tantas cosas que se anuncian. Nótese la confusión entre salud y juventud, que no son lo mismo, hay viejos sanos y jóvenes enfermos; la calidad de vida en cualquier edad es un don aparte.

La moda de adorar la juventud puede influir también a los mayores. ¿Qué siente una persona de edad si es llamada “vieja”? Quizá lo perciba como un insulto; pero vejez es el nombre de una etapa de la vida, igual que niñez o juventud, y cada etapa es solamente eso, una etapa, con determinadas características en el cuerpo, la mente y las expectativas. De la misma manera que no sería deseable que un joven siguiera usando biberón, tampoco lo sería que el viejo pretendiera verse como adolescente. Ser viejo no es malo, ni humillante. Dices: “tengo mi fuerza y mi dignidad y trato de vivir lo mejor que puedo”. Eso es tomar la vida. Los viejos de hoy estamos creando un modelo nuevo de cómo vivir la edad avanzada; somos gente activa, insertada en la vida, conscientes de que lo aprendido es un tesoro que podemos compartir con quien desee aprovecharlo, y que por delante nos quedan numerosas experiencias para seguir aprendiendo. Si esperábamos una vejez más terrible, no ha sido así; la vida nos sigue dando grandes sorpresas. Si tú, lector, eres joven, sábete que puedes esperar mucho de la vida cuando envejezcas. Y que ser condescendiente con los viejos no es respeto.

Invitación: el próximo miércoles 12 hablaré sobre “Autoimagen y autoestima” a las 8pm en San Sebastian 408, La Martinica. Entrada libre. Los espero.

Puedes participar con ideas, temas, preguntas o sugerencias en psicologa.dolores@gmail.com , o en facebook.com/Pascua Constelaciones Familiares.

 

 

 

 

martes, 4 de junio de 2013

ENTRE COLEGAS


Este viernes asistí a una reunión que alimentó mi alma, eran psicólogos egresados de la Universidad de Guanajuato. Yo formé parte de las remembranzas; se recordó de qué manera comenzó la Escuela de Psicología, dentro de la de Medicina, con el doctor Manuel Torres Madrazo como director y Carmelita Badillo y yo como las psicólogas fundadoras, ¡de esto hace ya 35 años!, que de allí emigramos a un local con dos aulas y mobiliario para niños en la calle Palmas, luego a la calle Tepeyac, donde parecíamos socios de  “Nieves El Ánsar”, porque ocupábamos la parte del fondo; después estuvimos en Álvaro Obregón, en el edificio de la antigua preparatoria. Yo me despedí de la escuela en este punto, porque tenía dos hijos pequeños y debía optar entre estar con ellos o seguir cumpliendo con las vertiginosas obligaciones que se derivaban de la enseñanza. Después, la escuela volvió a emigrar a Paseo de las Rosas, y por último, al actual Campus León, donde forma parte de Ciencias de la Salud.

En la reunión, todos nos presentamos ante los demás, algunos  de los asistentes eran de las primeras generaciones y me encantó que nos dimos un abrazo, luego de décadas de no vernos. Supe que ya son 2000 los que han completado su carrera en la Universidad, ¡2000 personas trabajando en pro del desarrollo humano, qué maravilla!, y que muchos tienen la inquietud de permanecer en contacto unos con los otros. Hubo lluvia de ideas y se abrió un sitio en Facebook, donde podremos aportar trabajos realizados, investigaciones, fotografías y cuanto se nos ocurra. Me alegré de haber aprendido a usar el Facebook, si no, me habría quedado fuera.  El sitio se llama “Egresados Psicología UG”. Si alguno de los queridos lectores conoce a un egresado de la Escuela de Psicología de la Universidad de Guanajuato, podría decirle que se integre y comparta con nosotros algo de sí mismo: su foto, cómo está, dónde trabaja, cómo es su familia, qué le gustaría que hiciéramos en común y tantas cosas más que pueden ser de interés.

Cuando terminó la reunión e iba yo camino a casa, con el alma saturada de recuerdos, me di cuenta de que la vida nos da oportunidad a manos llenas para cometer aciertos y errores. Había estado en contacto con uno de mis aciertos: participar de la fundación de la Escuela. ¡Cuánto placer se siente entonces de mirar atrás!, ¡y cuánto placer de convivir con colegas que comparten un mismo destino, la profesión! A muchísimos de mis ex alumnos no los he vuelto a ver, andan en alguna parte cumpliendo con sus tareas, de acuerdo a las circunstancias que les está ofreciendo la vida. A todos les mando un saludo cargado de afecto y de agradecimiento, ¡me nutrieron de tantas maneras durante el tiempo que nos tocó convivir! Espero que les haya sido tan grato como para mí el haber caminado juntos un trecho del camino, y si para alguno resultó desagradable y no pude estar a la altura de sus necesidades, le digo: “lo siento, mi intención era buena, hice lo mejor que pude, tal como lo pude hacer”. Cada vez me convenzo más de que las personas entregamos a las otras personas aquello que somos, sin que nos sea posible aumentar ni disminuir o disimular nuestra realidad. Muchas gracias a mis ex alumnos por el tiempo de convivencia, les deseo lo mejor a todos y cada uno.

Aprovecho para invitar a todos el próximo miércoles 12 de junio a las 8 pm. a la charla informativa que me toca impartir, el tema será “Autoimagen y autoestima”, es entrada libre y comenzamos puntualmente. Los espero.

“Psicología” es una columna abierta. Puedes participar con ideas, temas, preguntas o sugerencias en psicologa.dolores@gmail.com ,  o en facebook.com/Pascua Constelaciones Familiares.