¡Semana Santa,
vacaciones! Muchísima gente descansa. Es agradable sentir “tengo tiempo para
hacer lo que yo quiera”. Y cada persona manifiesta qué es lo que más quiere.
Algunas viajan: a encontrarse con sus seres queridos, a estar solas o
acompañadas en una playa, el campo, la sierra… Otras van a los servicios
religiosos para contactar con su Dios y consigo mismas. Algunas más se quedan
en casa y aprovechan para leer un libro, ver películas o series, hacer largas
llamadas telefónicas, navegar por internet hasta que las vence el sueño, avanzar
en un video juego, cocinar su plato favorito, poner orden en sus armarios, guardar
en un lugar especial la ropa de invierno… También hay quienes planean vaciar la
enorme botella de bebida alcohólica que compraron para dedicarse a consumirla, o
esperan pasar el tiempo rumiando sus desgracias… Cada cual lo que prefiere.
El gusto se rompe en géneros, rezaba un antiguo dicho. ¡Qué bien! Ni todos
en la playa, ni todos en la iglesia, ni todos en casa. Y cada uno con sus expectativas
acerca de cómo transcurrirán esos días en que puede hacer lo que le gusta,
expectativas que se cumplirán, de seguro, porque es distinto esperar: “Serán
días maravillosos” a “siempre pasa algo que echa a perder el asunto”. Este
ingrediente, la expectativa, tendrá una influencia enorme sobre el
desenvolvimiento de los días de vacaciones.
¡Por supuesto que cabe la
sorpresa! La vida es tan impredecible que en el momento menos pensado nos atraviesa
acontecimientos que no esperábamos. También éstos pueden ser influenciados por
las expectativas: “No me gustan las sorpresas”, “siempre me incomoda estar en
situaciones nuevas”, “no quiero ilusionarme porque después me decepciono”, son
pensamientos que impiden que un hecho despliegue todo su potencial. Y lo
contrario: “Me emociona la novedad”, “voy a ver hasta dónde llega esto”, “hoy
es hoy, mañana ya se verá”, también son pensamientos que tiñen de nuevos
colores los sucesos.
Hoy mi propósito es
desear a todos los que vacacionan que disfruten profundamente lo que les gusta
hacer, y a quienes en estos días trabajan el doble porque su ocupación es
atender vacacionistas, que tengan éxito e ingresos aún mayores de los que
esperaban. Felicidades a todos.
“Psicología” es una columna abierta. Puedes participar
con ideas, temas, preguntas o sugerencias en psicologa.dolores@gmail.com , o en facebook.com/Pascua Constelaciones Familiares.