Trato de amarme a mí mismo, perdonarme y perdonar a mi
familia y semejantes para permitir que en mi vida entre la abundancia en todos
sus aspectos y creo que no merezco esto que me pasa: me libré de dos fraudes
fuertes pero no me libré de otros 4, las personas que me deben me llevan a su
casa para que vea donde viven, donde trabajan y nada de pagos, me deben al
menos 120 mil pesos. Yo me endrogo con las tarjetas de crédito para hacer las
compras o inversiones del negocio y es donde me pregunto, ¿me falta quererme
más para tener la abundancia económica y poder llevar una vida con comodidades
y algún lujo de vez en cuando, o qué me falta?
OPINIÓN
Los mazos de naipes y los sistemas de creencias se parecen
en que están compuestos de imágenes que interactúan sólo con aquellas
que les pertenecen. Así como una baraja inglesa no admite cartas de la española
o del tarot ni viceversa, tampoco un sistema de creencias admite una idea
extraña. Puede uno engañarse pensando que sí y mezclar doctrinas o cartas distintas
y termina arruinando la situación o el juego y desconcertando a los jugadores,
como si pretendiera incluir la carta de la muerte o el ahorcado en un póquer.
Hablando de amor por uno mismo, hay “mazos” de creencias y
cada uno funciona a su modo. Aquí te pongo cuatro ejemplos distintos, puede
haber miles.
Uno: “Yo me amo como soy y estoy siempre de mi parte pase
lo que pase, lo cual me capacita para amar a otros como son, mirarlos como son
y relacionarme con ellos como son; por lo tanto, cuido primero de mí y mis
intereses y con los demás, hago intercambios que sirvan para que yo viva como
deseo y también ellos”.
Dos: “Yo me amo en lo positivo y detesto mis defectos. Para
amarme más busco ser joven, rico, delgado, simpático, famoso, etc., y a los otros
los amo cuando me aman, son leales, sinceros, guapos, ricos, responsables, puntuales
en sus pagos, etc.; por lo tanto, en mí, busco aumentar lo positivo y mitigar
lo negativo. Con los demás, acepto relacionarme sólo con personas positivas y
desecho a las negativas”.
Tres: “Amarme es egoísmo y está mal. Me sacrifico por
otros, los sirvo y complazco con la esperanza de que ellos hagan por mí otro
tanto, porque el mundo es un espejo y me sonríe si le sonrío.
Cuatro: El amor ¿qué es? No existe. Nadie me quiere ni yo
los quiero, sólo estamos obligados a vivir necesitándonos unos a los otros. Por
lo tanto, hago lo posible por ubicarme en un lugar donde otros me proporcionen
lo que necesito”.
Seguramente identificaste grandes diferencias en los
comportamientos que propicia cada “mazo de creencias”. Ninguno admite tomar
ideas de otro, no funcionarían. Imagina si alguien intentara mezclar el primero
con el tercero, el “yo me amo y amo a todos” con “el mundo me sonríe si le sonrío”.
Puede ser que espere que porque ama lo amarán (que como es puntual en sus pagos
todos serán puntuales), y no sabrá qué hacer con los que no le aman (o que son
morosos) debido a que el tercer mazo también le ordena agradar y complacer a
sus semejantes a fin de que el mundo le sonría.
Amar y mirar a los otros como son significa que la persona
no se hace ilusiones de que el mal no existe, sino que toma las medidas
necesarias para convivir con el mal y seguir estando bien. Todos podemos
encontrar gente morosa y tal vez tramposa y entonces, con amor y todo (no le va
a quitar 100 por 10 que le debe) lo demanda o le embarga bienes suficientes
para que pague su deuda, y sigue deseándole que le vaya bien.
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