lunes, 26 de septiembre de 2011

ESTÁ CHÍPIL

Tengo una niña de 3 años de edad y 6 meses de embarazo, espero otra niña. El problema es que mi hija ha estado muy irritable, llora mucho y nos dice a su papá y a mí que ella no quiere hermanita, que quiere un hermanito. Me han dado consejos sobre qué decirle, que Diosito se la mandó, que ella podrá ser su compañera de juego, etc. pero nada ha funcionado, hace berrinches de cualquier cosa y se comporta como nunca. Me siento abrumada de no poder manejar la situación, sobre todo por mis planes de cambiarla de cuarto para que tenga el propio, se me dificulta el hecho de que llora mucho por querer seguir durmiendo en mi cuarto y obrar en los calzones. Le agradecería un consejo para que a mi hija no le duela tener una hermana.
RESPUESTA
“Está chipil”, solían decir nuestros antepasados de un niño o niña que, con la llegada de un nuevo hermanito, temía que “lo tumbaran del burro”.
Los pequeños tienen sentimientos muy intensos que expresan tal como los sienten, sin matiz ni disfraz, lo cual llega a asustarnos, pues los adultos hemos pasado demasiado trabajo y sacrificio para aprender a disimular e incluso a mentir acerca de lo que sentimos, en aras de la cortesía y las buenas maneras. La mayoría de nosotros fuimos enseñados a que si un sentimiento no era aprobado por los grandes, debía ser negado, castigado y desterrado. En un caso como el de tu hija, posiblemente nos dirían: “No mijita, tú no quieres hermanito en lugar de hermanita, a ti te gusta mucho la idea de que vas a jugar con ella, ¿verdad que estás feliz? A ver, sonríe”. O peor: “Deja de decir estupideces, o te pego”.
Posiblemente, por no exponernos al enojo de mamá y papá e incluso para agradarlos, aprendimos a mentir acerca de lo que sentimos, lo cual es base de muchos problemas, pues los sentimientos no mueren porque se les ordena desaparecer, sino que siguen activos e inclusive acumulando energía (agrandándose), mientras no sean usados para lo que nacieron. O desarrollarán síntomas. A tu hija le es imposible lograr que “devuelvan el encargo”, le toca expresar su sufrimiento con algo de lo siguiente: chuparse el dedo, hacer berrinche, llorar, gritar, romper cosas o -el más extremo de los recursos infantiles- regresar a ser bebé e incluso necesitar pañales de nuevo.
¿Qué hacer? Primero, validar su sentimiento: “Tienes miedo que vayamos a querer más a la beba que a ti”. Tranquilizarla de inmediato: “Recuerda que a ti te queremos desde antes”. Contarle anécdotas de cuando ella estaba por nacer y cómo se prepararon para recibirla. Hacerla participar en la espera: “Estoy hablándole a tu hermanita, ¿quieres decirle algo?”. Sugerirle qué decir, o prestarle voz como si ella lo dijera: “Hola, soy tu hermana mayor”, “yo nací antes que tú”, “yo ya conozco a los que van a ser tus papás”, “voy a decirte cómo son, mamá tiene pelo negro...”, “cuando tú llegues vas a estar muy chiquita y yo te podré abrazar”, “te comprarán una cuna para bebés, y yo ya tengo una cama grande para mí sola”…
Tu imaginación puede ayudar mucho. No importa si la niña se niega a pronunciar las palabras, es suficiente que oiga lo que tú dices en su lugar, lo cual debe respetar lo que ella siente, ser verdadero y asegurar que su lugar jamás estará en peligro.
“Psicología” es una columna abierta. Puedes participar con ideas, temas, preguntas o sugerencias en psicologa.dolores@gmail.com o al teléfono 7 63 47 28

lunes, 19 de septiembre de 2011

CONTROVERSIA III

Hoy hablaré sobre la controversia que ocasiona Constelaciones Familiares en determinadas personas y grupos, que las consideran esoterismo y espiritismo. Comenzaré por definir términos.
Esotérico se refiere a un conocimiento oculto, de difícil acceso para el entendimiento, que los filósofos de la Antigüedad comunicaban oralmente y sólo a un corto número de discípulos, llamados iniciados. Se contrapone a exotérico: externo, común, accesible para la mente del vulgo, que se manifiesta públicamente.
En base a lo anterior, Constelaciones Familiares no son esotéricas, en el sentido de que esta filosofía aspira a ser del dominio público y posee una serie de herramientas para simplificar conceptos de suyo difíciles, a fin de que puedan ser comprendidos por toda clase de personas. Doy un ejemplo imaginario: digamos que el consultante es un niño que se ve obligado lavar coches para ganar el sustento de sus padres y hermanos, quienes no están impedidos por alguna discapacidad aparente.
Procedimiento: Se colocaría un representante para este niño y otros para cada uno de sus padres y se les pediría: “mírense a los ojos”. Luego, al representante del hijo se le daría a cargar un paquete pesado, y se le indicaría decir a los representantes de los padres: “Lo he llevado por amor a ustedes, ha sido difícil”. Luego, se le instruiría poner el paquete en manos de los representantes de los padres, pidiéndoles: “Por favor, tómenlo, es de ustedes, yo lo devuelvo con amor.”
Repito que el ejemplo es imaginario, porque en Constelaciones Familiares no hay “recetas multitallas”, sino que cada constelación es distinta de cualquier otra, puesto que no existen dos experiencias humanas idénticas.
Siguiendo con el ejemplo, pueden observarse varios elementos filosóficos:
1) la responsabilidad es personal. Si alguien no toma la que le corresponde, otros se verán empujados a hacerlo, y esto les impedirá atender la que sí es suya. En este caso, si los padres no fungen como padres, el hijo toma su lugar, pero descuida su propia formación.
2) El amor está presente tanto en el error como en la solución. En Constelaciones jamás se le dirá al hijo: “Ve a confrontar a tus padres y diles que no es justo que tú los mantengas”, sino que se hace hincapié en actuar amorosamente: “con amor devuelvo lo que no es mío”.
3) El consultante es un participante activo. Brinda la información, la dirige, observa lo que ocurre frente a sus ojos y va diciendo si su realidad es como está siendo representada, luego, acepta o rechaza la imagen de solución que le es ofrecida mediante las posiciones y actitudes de los representantes. Al finalizar, se exhorta a que nadie hable de lo que allí sucedió.
Este sigilo final ¿no vuelve esotéricas a las Constelaciones? No. El sigilo se ordena con el propósito de que permanezca protegida la intimidad del consultante, y también, para que el alma de éste pueda, libremente y con calma, hacer los acomodos necesarios, por eso se le insiste que, al salir, se abstenga de tomar resoluciones rotundas y de intentar poner en práctica de inmediato lo que vio.
Ahora hablemos del Espiritismo, doctrina que supone que a través de un médium u otros modos, se puede comunicar con los espíritus de los muertos. ¿Son espiritistas las Constelaciones Familiares? No. Supongamos que llega a consulta un hijo cuya madre murió al nacer él. Se tomaría por representante de la madre a una mujer de entre las asistentes y otro para el hijo, y se pediría a éste que le dijera, mirándola a los ojos: “Me hiciste mucha falta”. Luego, probablemente: “Gracias por la vida, haré con ella algo grande, que tu sacrificio valga la pena”. ¿Puede el hijo estar seguro de que su madre estuvo allí y lo escuchó? Por supuesto que no, aunque puede creer lo que prefiera. Pero eso no es lo importante, sino que él, en su alma, tome agradecido el amor de la madre, quien debió enfrentar la muerte para que él naciera, y asuma con gusto la vida que le fue dada a un costo tan alto.
Me falta espacio y debo despedirme, dejo muchas cosas sin decir. Con este artículo termino de hablar sobre esta controversia.
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lunes, 12 de septiembre de 2011

CONTROVERSIA (artículo 2 de 3)

Quizá el punto más controvertido acerca de las Constelaciones Familiares es que éstas sean enseñadas también a personas que no ostentan un título de licenciatura o más alto, con tendencia a volverlas del dominio público. Frecuentemente se me ha preguntado: ¿No hay riesgo de irresponsabilidad?, ¿que hagan mal uso de la herramienta que se les confía?
Mi respuesta ha sido la siguiente: el riesgo siempre está presente. Si de doce discípulos, aprendiendo con el mejor y más amoroso maestro que ha existido, uno de ellos no entendió bien la enseñanza, qué presuntuoso sería pretender que este caso es mejor. Las actitudes personales influyen.
La formación en Constelaciones Familiares está enfocada al cambio de actitudes tanto en el facilitador como en el cliente: de una individualista, a otra de pertenencia comunitaria; de una rígida o despectiva, a otra flexible y acogedora del propio grupo familiar y demás grupos en los que cada uno se desempeña; del rechazo o la invasión, al respeto de las características particulares de cada individuo o grupo; del odio y la intolerancia, al amor y la convivencia; de la pelea en contra de sí mismo, a la reconciliación amorosa e incondicional con la propia historia, etc.
Constelaciones Familiares son una filosofía y un método para obtener conocimiento, ¿cuál de estas dos cosas deberían ser negadas a cualquier persona?, ¿qué justificaría que fueran guardadas bajo siete llaves y se convirtieran en propiedad de unos pocos? Lo justificaría la antigua creencia de que las masas populares son como niños que no comprenden, por lo tanto, es inútil y peligroso darles mucha información; pero Constelaciones Familiares favorece la postura de que todos los seres humanos tenemos igual dignidad y la misma necesidad de desarrollarnos.
Un usuario que pide hacer su Constelación Familiar es corresponsable con el facilitador de lo que allí ocurra, porque sigue siendo el único dueño de su vida y sus acontecimientos. Esto significa que constelar requiere una actitud distinta que cuando se va a cirugía y acepta ser anestesiado, quedando a merced de la pericia y conocimientos del facultativo. En Constelaciones, el consultante permanece consciente y siempre a cargo, observando, dirigiendo e informando.
Es bueno tomar precauciones antes de solicitar una constelación, por ejemplo, asistir a otras y ver cómo las plantea y desarrolla el facilitador por elegir. Algunos puntos a investigar u observar son los que siguen:
1) ¿Qué dicen otros clientes?, ¿se muestran satisfechos con la experiencia?, ¿salen de ella con la cara radiante y expresando felicidad?, ¿se vuelven más amorosos en casa? Si la respuesta es negativa para una sola de estas preguntas, es preferible buscar otro facilitador.
2) Durante la realización, ¿se respira un clima de respeto y empatía entre los miembros del grupo?, ¿se trata con benevolencia a los físicamente ausentes, como el padre, la madre, abuelos, hermanos y demás familiares del cliente?, ¿el facilitador se abstiene de hacer diagnósticos o de usar frases de condena?, ¿se respetan las creencias y preferencias de cada persona? Todas las respuestas deben ser afirmativas.
En el siguiente artículo de esta serie de tres, describiré las enormes diferencias que existen entre el esoterismo, el espiritismo y Constelaciones Familiares.
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