lunes, 30 de abril de 2018

LA NECESIDAD DE SER AMADO


Quizá alguna vez has dicho o sentido: Por favor, ámame, cuídame y protégeme porque no puedo vivir sin ti. ¡Por favor, prométeme que jamás me abandonarás y que yo seré tu felicidad! 

La expresión anterior suele venir de lo más hondo del alma. ¿Es sano o enfermizo sentirse así? ¿Fortalece o debilita? Quien la dice o quien la escucha ¿se sienten mejor, o peor?

Un bebé sería totalmente sincero, sano y verdadero si pudiera hablar y decirle esto a su madre; el pequeño no puede vivir por sí mismo, necesita de ella o de alguien que haga sus veces que lo quiera, cuide y proteja, para sobrevivir. Es una criatura desvalida que sólo el amor de su cuidador puede salvar de la muerte.

La misma expresión, dicha por un joven o un adulto, presagia infelicidad. A nadie aprovecha ser amado con tal urgencia. Significaría: Carga conmigo, arriésgate por mí, conságrame tu vida, hazme vivir y haz que este esfuerzo sea tu felicidad.

Ser amado con un frenesí tan profundo es peor que amar sin ser correspondido; necesariamente hace sentirse mal. 

Mal si rechaza a quien le ama de esta manera, “ocasionando” a esta persona un dolor indecible que la desequilibra, la lleva a hacer cosas extrañas y la pone en riesgo de destruir su vida. 

Mal también si acepta las obligaciones que este amor le ofrece, de cuidar y proteger a una persona que no sabe vivir por sí misma. 

Más mal si finge que acepta pero no lo hace, y cada vez que es descubierto en la mentira se recrimina a sí mismo por no poder amar como se le pide, o se recrimina por ser incapaz de decir que no y dejar que el otro se hunda, si quiere hundirse. 

Entonces, ¿por qué decimos que es una expresión que sale del fondo del alma? ¿Acaso el alma miente o se equivoca?

No, no se equivoca; los humanos necesitamos ser amados de esa manera incondicional. El error está en a quién se le pide un amor tan grande. Acertado sería pararse frente al espejo y pedirle a la propia imagen: Por favor, ámame, cuídame y protégeme, porque no puedo vivir sin ti. ¡Por favor, prométeme que jamás me abandonarás y yo seré tu felicidad! 

Estaría haciendo lo que es más importante y adecuado en la vida: darse cuenta de cuánto necesita amarse a sí mismo. 

Y si puede responderse: ¡Por supuesto que te amaré siempre, te cuidaré como a lo más importante, te protegeré de todo peligro con todas mis fuerzas, porque no puedo vivir sin ti. Jamás te abandonaré y siempre estaré contigo y de tu lado en toda circunstancia. Amarte y verte bien será mi felicidad! Entonces, estaría practicando la AUTOESTIMA.

“Psicología” es una columna abierta. Puedes participar con ideas, temas, preguntas o sugerencias en psicologa.dolores@gmail.com , o en facebook.com/Psic-Ma-Dolores-Hernandez-Gonzalez


lunes, 23 de abril de 2018

EL BUEN USO DE UNA RIQUEZA


Tengo gastritis de puro enojón. Quisiera un tip o dos (no muchos, por favor) que me ayudaran a que me enoje un poco menos.

OPINIÓN

El “mal genio” es un tesoro visto con malos ojos. Es abundancia de energía. La energía lo mueve todo. ¿Sabías que en el mundo han ocurrido guerras para apoderarse de yacimientos petroleros, porque los hidrocarburos son energéticos? Por lo tanto, muy apreciados.

Igual que el petróleo crudo o en estado natural necesita un proceso de refinación para poder utilizarlo, también el “mal genio”. El primer paso en ambos es considerarlos riquezas y no lastres.  

En 2009, la empresa De Goyler & McNaughton, Netherland & Sewell y Ryder Scott certificó la existencia de un gran yacimiento petrolero en la región de Chicontepec, en el Estado de Veracruz, el cual colocaría a México dentro de los cuatro primeros países con mayor número de reservas petroleras en el mundo. ¿Sería mejor que nadie lo hubiera descubierto? ¿El descubrimiento merece ser considerado motivo de tristeza o de vergüenza? ¡Por supuesto que no! Igual el “mal genio”; lo que después se haga con estas riquezas, el uso que se les dé y las consecuencias posteriores, son otro tema.
De todo lo anterior obtenemos el primer “tip” de los dos que pides: mirar con amor la riqueza energética con que te dotó la naturaleza. 

Si cada vez que sientas que te estás convirtiendo en una bomba a punto de explotar, recuerdas que esa energía es tu riqueza, la experimentarás con satisfacción y tal vez orgullo. Es posible que pienses: “Soy rico”. “Tengo energía suficiente para lo que yo quiera”.

Podemos notar que se requiere de una gran inversión para explotar al máximo el yacimiento petrolero descubierto. Es verdad, y también la posesión de una gran energía emocional requiere de una gran inversión en tiempo y esfuerzo para convertirla en algo útil. Afortunadamente, los que la poseen jamás son perezosos; la misma energía los hace saltar del lecho y ponerse a hacer algo.

El petróleo crudo ya refinado tiene múltiples usos: combustibles, lubricantes, gases, perfumes, fertilizantes, plásticos, brea, parafinas, fibras, asfalto y un largo etcétera. Sería un desperdicio impensable utilizar, digamos, sólo la gasolina y desechar lo demás, así como un terrible problema de contaminación ¿qué hacer con lo desperdiciado? 

Igual sucede con el “mal genio”. Se presenta el torrente de energía y muchas personas tienen el hábito-programación de calificarla como enojo. No dicen tengo tristeza, contrariedad, problema, motivación, conflicto, incomodidad, oposición, molestia, peligro, rivalidad, desengaño, desánimo, obstáculo… ¡No! La llaman enojo o mal genio. Dicho en otras palabras, dejan su energía en estado “crudo”, o “sólo quieren gasolina, desperdiciando todas las demás posibilidades”.

Aquí va el segundo “tip”: ante la presencia de tu energía, preguntarte ¿qué quiero hacer con ella? ¿Calificarla como “mal genio”, según acostumbro, o saber de qué se trata, qué contiene?, ¿la haré fuente de destrucción o de construcción? Ella me da recursos para lo que sea: dominar personas, vencer obstáculos, disolver situaciones, ponerme en ventaja o en desventaja… ¿qué uso le daré?, ¿prefiero que sea mi bendición, o mi maldición?

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lunes, 16 de abril de 2018

MIS HIJOS NO QUIEREN CASARSE


Mis hijos ninguno son “nini” (que ni trabajan ni estudian) pero no se han casado y el más chico tiene 27 años. A veces digo que yo ya quiero que vuelen y hagan su vida, y mi esposo dice que si lo hacen voy a llorar y extrañarlos. Tiene razón, pero yo quisiera vivir la experiencia de ser abuela. A veces salimos a comer en familia y pienso: “Vamos los tres grandotes adelante y los viejillos atrás, como cuando eran niños”. Algo no va bien, no sé qué.
OPINIÓN
Hay hijos que tarde se les hace salir de casa, huyendo, casándose o como sea. Los tuyos están muy a gusto y no quieren irse. Cualquiera diría que es una situación ideal, pero tú sientes que algo no va bien.
Para comenzar, pueden felicitarse tú y tu esposo por haber logrado que su casa haya sido un hogar para todos sus miembros. Esa es la parte positiva. La otra, que los hijos por algún motivo estén postergando la toma de obligaciones, satisfacción y problemas de la edad adulta, merece ser mirado con detenimiento.
El caso de tus hijos no es raro, se está dando cada vez con mayor frecuencia que los jóvenes no quieran casarse, y los ya casados se divorcien. En internet leí un dato que no sé qué tan confiable sea: muchos jóvenes japoneses no incluyen en sus planes tener pareja, ni siquiera ocasional, y prefieren dedicarse al trabajo y la profesión. Parece una moda o un movimiento social que entre nosotros aún no llega a ese extremo.
Bert Hellinger, fundador de Constelaciones Familiares, dice que cualquiera puede encontrar pareja, pero lo distingue a “encontrar a un hombre o una mujer que se quede conmigo”, y agrega que a veces este asunto se relaciona con la historia familiar antigua.
Cristina LLaguno, en su libro “Constelar para sanar”, describe el caso de una mujer joven que no podía conservar a sus parejas. En la constelación se vio que la bisabuela murió de parto. La abuela tuvo a su primera hija a los 15 años, todavía sin recursos suficientes para dar a su hija lo que ella no pudo recibir de la suya, luego fue madre de esta mujer joven. Entre ellas no había una relación dramática, pero tampoco cercana. Hechos como estos no suelen salir en una psicoterapia tradicional; en cambio, en Constelaciones, el consultante vive el dolor de las mujeres de su familia, así como la imposibilidad que tuvieron para transmitir a sus hijas el permiso de tener relaciones satisfactorias con un hombre, y obtiene para sí el permiso de vivir de otra manera, dejando de repetir destinos de los que no tiene la culpa.
El ejemplo que estoy poniendo no necesariamente se vincula con lo de tu familia. Es imposible detectar qué es lo que pasa con tus hijos, habría que mirarlo. Mi recomendación es que hagas una Constelación Familiar para ti.
Como madre, desempeñas un papel fundamental dentro de la familia. La comprensión que  logres de las dinámicas internas los beneficiará a todos, a ti y a los demás, porque tu posición clave y estratégica te permite reparar vías, soltar nudos y confirmar permisos para que la vida fluya con toda libertad.
Hacer una Constelación de ninguna manera quiere decir que podemos torcer un destino u obligar a personas a que hagan lo que no quieren hacer. No. El constelador acompaña al consultante para que éste mire por sí mismo qué sucede dentro de su grupo familiar, honre lo que debe ser honrado, incluya lo que debe ser incluido y devuelva a cada dueño lo que le pertenece, de manera que queden libres de cargas que no son suyas y puedan tomar la vida tal como viene.
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lunes, 9 de abril de 2018

INICIACIÓN SEXUAL


Mi esposo dice que cuando mi hijo cumpla los 17 él lo llevará a que lo inicie una sexo servidora profesional. Por favor, pido su opinión.

OPINIÓN

Describes una actitud poco usual en nuestra cultura. Las cosas poco usuales suelen desencadenar reacciones inesperadas en quienes las presencian. 

Yo me pregunto tú qué imaginas que va a suceder en ti al leer mi respuesta, ¿afianzar tu pensamiento o modificarlo, si fuera preciso? ¿Deseas acallar lo que tu corazón dice apoyándote en una opinión, o animarte a defender lo que piensas? Al corazón se le acalla por un corto tiempo, luego él reinicia sus mensajes.

Puedo intuir lo que tu corazón dice, porque si estuvieras de acuerdo con tu esposo, lo dejarías que continuara en paz, sin dudar ni hacerte preguntas. 

Interpreto la idea de tu esposo como un deseo de que su hijo tenga una adecuada educación sexual. Él quisiera protegerlo de los desvaríos propios de la adolescencia. 

La parte de que su hijo tenga una educación sexual adecuada es muy deseable y hay muchas opciones para proporcionársela. Dudo que ésta sea la más idónea, pues contiene numerosas variables difíciles de controlar y que revisten importancia, como:

¿Tiene el muchacho la opción de opinar libremente o negarse, o es una decisión obligatoria?

¿Y si todavía no está listo? 

¿Y si se le empuja a tener una experiencia que él no está pidiendo?

¿Y si no es su primera vez?

¿Y si tiene dudas que le atraigan las mujeres, o la elegida no le atrae?

¿Y si toma su primera vez como que así van a ser todas? Es decir, ella intentando agradarle a como dé lugar, aunque él no haga nada.

¿Y si separa para siempre amor y sexo como excluyentes?

¿Qué tanto vale la pena evitar las alegrías y penas del primer amor, el primer beso, las torpezas del novato, la exploración de lo desconocido, el dolor del primer rompimiento del corazón? 

El hijo de ustedes no es la excepción y un día deberán lastimarlo; entonces, él va a necesitar recoger los pedazos de corazón y volver a unirlos para amar de nuevo, y luego descubrir que la amada no es como la había imaginado, sino un ser de carne y hueso y esto ¡cómo duele!, pero forma parte de la vida.

Otra pregunta: ¿las experiencias sexuales amatorias no deberían pertenecer a la intimidad de la persona, y ésta decidir si hace confidencias sobre ellas o no, si solicita consejo y a quién? 

A los padres siempre nos aterroriza que nos dejen afuera y sin saber lo que les pasa a los hijos; quisiéramos perseguirlos con nuestros consejos y tal vez obligarlos a escucharnos y aún más, intervenir en su ritmo de desarrollo.¿Verdad que ser padres es sublime, y difícil?

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