lunes, 28 de diciembre de 2020

ADIÓS 2020. BIENVENIDO 2021

Algunos tenemos parientes, amigos y conocidos que no pudieron decir esta frase porque se fueron antes. Cumplieron su ciclo. Ahora los recordamos con dolor y nostalgia. Y la vida sigue. . La vida sigue. Continúa. No podemos quedarnos estacionados en el 2020 ni en nada de lo ocurrido. Precisamos saltar al 2021 y darnos cuenta de que es un año nuevo y la oportunidad de hacer algo, puesto que estamos vivos. Quizá necesitemos un tiempo para llorar (somos los vivos quienes lloramos) pero no todo el año. Es imperioso resurgir. . Ojalá el 2021 nos traiga felicidad, pero a lo mejor no lo hace y tendremos que generarla nosotros mismos. En todas partes se respiran tristeza, temor e incertidumbre que no son fruto de enfermedades mentales sino de la realidad. Necesitaremos un doble o triple esfuerzo para mantenernos en buen ánimo. Las personas que son alegres no lo consiguen gratis, algo debieron hacer para mantenerse a flote. Hemos de procurar la alegría en medio del dolor y la enfermedad, que también son parte de la vida. . Alrededor nuestro hay bebés, niños, adolescentes, jóvenes y adultos que están formando recuerdos y nosotros contribuimos a que estos sean gratos. O detestables. Creo que todos preferimos ser un grato recuerdo para nuestras personas amadas. Nos ven hacer cosas. Quizá les ofrecemos un café o un licuado cada día al despertar. Tal vez les contamos anécdotas o chistes o los consolamos cuando los vemos tristes. A lo mejor se sienten seguros y en paz en nuestra compañía. Quién sabe si su mejor recuerdo sea que los invitamos a hacer algo juntos. - En esta época de ausencia de abrazos, salidas prohibidas, clases y vacaciones en casa, prolongado tiempo de estar juntos porque no hay otro remedio, ser nosotros capaces de mantener la cordura y la amabilidad serán regalos invaluables para las personas con quienes atravesamos esta pandemia. . Deseo a todos mis lectores un feliz 2021 ya sea por suerte o como resultado de un esfuerzo, y que tanto ustedes como sus familias tengan excelentes recuerdos de este año, cuando finalice. . “Psicología” es una columna abierta. Puedes participar con ideas, temas, preguntas o sugerencias en psicologa.dolores@gmail.com

lunes, 14 de diciembre de 2020

MENTES ÁGILES

Algunas personas poseen una mente más ágil que las de otras personas; se les ocurren montones de ideas y la palabra o la frase oportuna les llegan con una velocidad pasmosa. Estos cerebros funcionan como súper computadoras. ¡Qué maravilla! Necesitan ser aprovechados, pero no solo en problemas cotidianos sino en inventos y descubrimientos geniales que beneficien a la humanidad. En caso contrario, si se les deja sin suficiente empleo, inventarán problemas irrelevantes a fin de ocupar en algo su portentosa capacidad y fastidiarán a todos cuantos vivan a su alrededor. . Muchas de las personas que poseen una de estas inteligencias privilegiadas no lo saben o no lo reconocen, y son muy desdichadas. Su poderoso equipo perceptivo les sirve solo para registrar los cambios más pequeños e interpretar acontecimientos y hasta intenciones que pasarían inadvertidos para otros; su magnífico cerebro los procesa día y noche y llega a conclusiones desgarradoras, como “tengo numerosos enemigos”, “me tienen mala voluntad”, “lo hacen para desacreditarme”, “quisieran verme sufriendo”, “no me aprecian”, “nadie me quiere”. . Su enorme creatividad está creando motivos para sufrir. . La creatividad consiste en generar algo que no existe, o en darle una forma nueva a lo que ahí está. Todos poseemos determinada capacidad creativa. Utilizar cada uno dicha creatividad en su propio provecho y conveniencia, y luego en beneficio de los demás, es un requisito básico para vivir bien. . Llamamos “básico” a aquello que es indispensable cuando se quiere adquirir algo: una habilidad, una ciencia o una actitud. Pongamos por ejemplo leer. Es básico conocer y diferenciar las letras. Un disléxico que ve q p b d como lo mismo no puede leer, siente que “las letras le bailan ante los ojos”. ¡Claro, unas veces la pancita está a la derecha, otras a la izquierda o arriba o abajo! Entonces, para él, lo básico es primero distinguir los lados en su propio cuerpo y hasta después aprender la forma de las letras y cómo se juntan. . Es básico usar la creatividad de modo que nos convenga y aproveche. . Decía el escritor Bernardo Shaw: “La fórmula infalible de ser infeliz consiste en dedicar los tiempos libres para pensar que uno no es feliz”. Con ese tipo de pensamientos, estaría uno creando a un ser desdichado. Siempre estamos creando. . La mente y YouTube se parecen: o uno les dice con firmeza qué quiere ver, o comienzan a ofrecerle contenidos al garete. Podrían ser basura. Uno de los grandes dramas de la desinformación es que confunde a nuestras mentes y las obliga a pensar en falsedades, de las que solo pueden obtenerse resultados falsos. . La creatividad trabaja con los contenidos de la mente: los examina, acomoda, modifica y les da una forma nueva. No es difícil imaginar cuáles serían los resultados si estuviera trabajando con basura: ¡basura aumentada, superlativa, en grandes cantidades! Un supercerebro creando a supervelocidad sin una supervigilancia de la consciencia es capaz de llegar a las más grandes aberraciones: “Soy Napoleón”, “mi misión es liberar al planeta de todos los malvados y defectuosos que existen”... . Si uno acostumbra estar triste, enfadado, molesto, insatisfecho, sin ilusiones o de alguna manera desdichado, quiere decir que ha elegido mal los temas para su creatividad. La dicha no existe completa en alguna parte ni nuestra personalidad es algo fijo y acabado, estamos creando ambas cosas constantemente y podemos hacerlo de maneras muy bellas. . Como conclusión: La vigilancia consciente de los contenidos de nuestros pensamientos importa muchísimo. Nuestra salud mental depende del tipo de materiales que ofrecemos a la mente para que piense en ellos; ella los toma y procesa porque esa es su función, y nos los entrega asociados con otros pensamientos similares. Afortunado quien elige pensar en cosas que lo hacen crecer y ser feliz. . “Psicología” es una columna abierta. Puedes participar con ideas, temas, preguntas o sugerencias en psicologa.dolores@gmail.com

lunes, 7 de diciembre de 2020

ESTAMOS DE DUELO

El mundo en el que los mayores de 60 años crecimos (un niño podía salir solo a la tienda, jugar en la calle con sus amiguitos o explorar la colonia) ya no existe y es imposible volver a traerlo a la vida. Tampoco el mundo del primer trimestre del 2020 existe, se fue, estamos en otro. No resucitará, por más que lo añoremos y sintamos que es injusto que nos haya sido arrebatado. Estamos de duelo. Con el mundo de la infancia de los mayores sucedió como con los enfermos que mueren poco a poco y van dando tiempo a los deudos para que se preparen a la ausencia; el de 2020 tuvo una muerte súbita, inesperada, como de accidente repentino. No la vislumbramos antes. Hoy, nos guste o no, hemos de pasar por el proceso del duelo, a sabiendas de que un duelo mal vivido trae funestas consecuencias físicas y mentales. Existen diferentes descripciones de este proceso cuando es sano. Repito: sano, aunque suene desagradable. La más conocida es de la psiquiatra Elisabeth Kübler Ross, quien describe varias etapas, a saber: Etapa 1, negación: Es el primer intento de protegerse uno contra el dolor y el sufrimiento, escapando a un mundo de ficción como si la pérdida no fuese real. “Pronto vamos a despertar de esta pesadilla y volveremos a la normalidad”, “no pasa nada, el COVID no existe”, “nos quieren manipular, no hay que caer en ese juego”, “seguiré mi vida como antes”. Etapa 2, cólera: Se admite la situación pero con rebeldía, se buscan culpables contra los cuales vengarse del daño que se está recibiendo, se siente envidia y coraje con las personas que no sufren la misma suerte. Predomina el enojo que protege contra el dolor y contra el darse cuenta. “Deberíamos bombardear a los chinos”, “es resultado del neoliberalismo anterior”, “las autoridades son ineptas”, “los ricos tienen la culpa”, “la gente es irresponsable”. Etapa 3, negociación: Se intenta hacer un trato con quien se cree controla la situación (uno mismo, Dios, el destino): “me portaré bien”, “seré bueno”, “iré en peregrinación a…”, “solicitaré apoyos del gobierno”, “recurriré a Derechos Humanos”. Etapa 4, depresión: Se toma conciencia absoluta de que los pasos anteriores han fracasado. Se experimenta mucho dolor y sufrimiento por la evidencia de lo que está pasando; la mayoría tenemos algún familiar cercano o retirado que se contagió o murió o quedó sin empleo a causa del COVID-19. Cuesta trabajo hacerse responsable de cuidar el propio bienestar; se trata de seguir a flote igual que si nos hubiera sucedido un naufragio. Dejar de resistir por tan solo un momento podría significar la muerte física o psicológica de uno mismo. Etapa 5, aceptación: Es un período decisivo porque significa la renuncia definitiva a toda esperanza de recuperar el “paraíso perdido”. Los lapsos de cordura son cada vez más frecuentes. Se comienza a disfrutar de situaciones agradables sin experimentar sentimientos de culpa. El recuerdo se vuelve menos doloroso poco a poco. El duelo se completa en forma paulatina. “Celebraremos Navidad con precauciones”. “En familia nos seguimos queriendo”. Todo duelo es una crisis existencial donde nos vemos confrontados con el caos y con los aspectos incontrolables de la existencia: acontecimientos como el COVID-19, una guerra, una inundación, un temblor o cualquier catástrofe natural, exceden nuestras capacidades individuales. No son nuestra culpa y nos es imposible evitarlos. Esta crisis, como todas las que sufrimos en nuestra vida, sirve para crecer o para enfermar, dependiendo de cómo la afrontemos. Nos urge aprender a sobrevivirla de la mejor manera posible; es decir, no solo permaneciendo con vida sino siendo capaces de inventar situaciones de alegría. “Psicología” es una columna abierta. Puedes participar con ideas, temas, preguntas o sugerencias en psicologa.dolores@gmail.com , o al teléfono 7 63 02 51