En respuesta a una pregunta, paso directamente a dar mi
opinión.
Estás desesperada porque no sabes si pensar que ya
terminó el amor que sentía tu esposo por ti, o si luchando obtendrías una nueva
oportunidad para ti y tu familia. Agregas: “A veces siento que él sabe lo que
quiere y no se anima a decírmelo”. Luego describes la devastadora
experiencia de enterarte que mientras tú esperabas a su hija, él andaba con
otra mujer, lo mucho que te duele, que reaccionaste corriéndolo de la casa y
tus hijos quedaron muy tristes. ¡Experiencia extremadamente difícil y dolorosa!
Por favor considera buscar ayuda profesional, es demasiado pesada para
solucionarla tú sola.
Quisiera decir algo que te consolara pero no es
consuelo lo que estás necesitando, sino inteligencia y cálculo, porque este
dolor lo vas a sufrir por algún tiempo sin posibilidades de evadirlo.
Cuando menciono inteligencia y cálculo me estoy
refiriendo a que para solucionar un problema es necesario comprenderlo y
calibrar bien las medidas que se van a tomar, sus costos y ventajas y el
resultado final. Esto quiere decir que necesitas tener una idea clara de lo que
te propones obtener, porque hay infinidad de opciones. Veamos sólo tres.
Opción 1: DESQUITARTE, vengar tu dolor y hacer que él
sufra lo mismo. Se puede llevar a cabo de dos maneras: con amor o con odio.
a.
CON AMOR es describirle todo lo que está
ocasionando sin rodeos y sin evitarle sufrimientos ni culpas, dejándolo que “se
fría en su propia salsa”, es decir, en las consecuencias naturales de sus
elecciones. Sin embargo, cuidas que el daño sea un poquito menor al que él ha
ocasionado y cuidas a tu familia, hasta que tu propia alma sienta que “están a
mano”, lo cual puede suceder o no.
b.
CON ODIO es ocasionarle sufrimientos de
cualquier tipo, tengan o no que ver con la ofensa al compromiso y sin proteger
a nadie, incluida tú misma o los hijos de ustedes. Termina en guerra sin
ganadores, todos perdedores.
Opción 2. PERDONAR, dejar pasar lo ocurrido sin
consecuencias, olvidarlo y seguir adelante como si nada. El pretexto es
irrelevante: los hijos, la economía, la religión, el miedo a la soledad, la
necesidad sexual, el amor… De antemano te advierto que ésta es una solución mentirosa
que convierte a las familias en escenarios teatrales donde todos mienten acerca
de sus sentimientos. Este tipo de perdón nada tiene que ver con el perdón auténtico y sanador.
Opción 3. CRECER ESPIRITUALMENTE, DESARROLLO HUMANO.
Tomar los hechos como retos y oportunidades para evolucionar y expandir la
armonía interior, ejercitando tu confianza en un Poder Superior que está a
cargo y te brinda asistencia a fin de que conviertas la adversidad en
bendiciones. Es de mucha ayuda pedir asistencia humana profesional, insistir en
amarte a ti misma e incluir al Espíritu en la ecuación.
Observa que en ningún momento mencioné que intentes convencerlo
de lo buena que eres o cuánto lo amas, empeñarte en hacerlo que cambie,
ayudarle a solucionar sus problemas o cargar con su culpa. Nada que tú hagas es
responsable de las acciones de otra persona. Si hizo lo que hizo es porque
quería.
Quizá tú estés de acuerdo en que el matrimonio debe ser libre y
convenir a los dos, pero el compromiso con los hijos es para toda la vida.
Un cambio de tema: Presentaré mi nuevo libro titulado “RELATOS
DE AMOR, VIDA Y MUERTE”, el próximo día 3 de julio a las 6:30 p.m, en las
instalaciones de este PERIÓDICO A.M. Será un placer para mí que mis lectores me
acompañen. Gracias.
“Psicología” es una columna abierta. Puedes participar
con ideas, temas, preguntas o sugerencias en psicologa.dolores@gmail.com