¿ A
qué se enfrentan las parejas durante la cuarentena ?
Agradezco la
colaboración de la Psic. Irma
Campos Escalante, directora del Instituto de Desarrollo Humano de León, A.C.
Esta circunstancia de cuarentena, si logramos
mirarla de manera positiva, nos enseñará a evaluar nuestra capacidad de
tolerancia, comunicación y organización de vida, aspectos que, de no estar
presentes en la convivencia con la pareja, podrían llevarla a situaciones
límite entre el respeto y la violencia física, verbal o emocional.
Para algunas parejas, el estar juntas por
varias semanas de forma “obligada”, las lleva a darse cuenta de que:
I.
Son pareja, pero se comportan como si fueran
desconocidos. No son un equipo.
II.
Carecen de un plan o proyecto común que les
permita fortalecer la relación.
III.
No atienden las necesidades de pertenencia y
reconocimiento mutuo; se recriminan con comentarios como: “ahora sí vas a saber lo que es hacer la tarea con tu hijo”, “con lo que das para la casa no alcanza y
ahora sin trabajar.”
El psicólogo estadunidense Daniel Goleman,
autor del libro Inteligencia Emocional, citaba: “De poco nos sirve un cerebro
brillante o un elevado cociente intelectual, si no entendemos de empatía y no
sabemos leer las emociones propias y ajenas”.
Estar viviendo este confinamiento en casa por
el tiempo marcado por nuestras autoridades de salud, puede llevarnos a hacer
una reflexión y revisión de la convivencia diaria con otra persona, que siempre
es un área de aprendizaje en la que se descubren fortalezas y limitaciones, y en
la cual él, ella, o ambos, evolucionan
como personas. Quedarse en casa puede ser una oportunidad para estimular
dicha relación y hacerle cambios (a través del interés mutuo y la ayuda
profesional), o cerrarla, si ya no es próspera ni propositiva para la pareja.
Los vínculos con la pareja no siempre son
conscientes ni han sido hablados, pero crean expectativas que se hacen más
evidentes ante una situación de crisis inesperada, como lo es en este momento
la pandemia del COVID -19. Van algunos
ejemplos:
Uno o los dos se han posicionado de papeles
que en algún momento eran exclusivos del otro género. Digamos que ella se hace
cargo de la manutención y el padre del cuidado de los hijos, y ahora ambos
están en casa; ¿quién y cómo desempeñarán esos roles? O ella definía la manera
de educar a los hijos y ahora el padre interviene, ¿se le va a permitir?
La pareja está en proceso de divorcio y ahora
deben permanecer juntos las veinticuatro horas, ¿dejarán sus acuerdos y desacuerdos
para después, o qué harán?
La pareja está en situación de “tus hijos,
mis hijos y los nuestros”, ¿quién vivirá con quién? ¿Se visitarán, o tendrán
vedadas las visitas?
Los ejemplos podrían prolongarse. Vemos cómo
toda crisis pone de manifiesto la diversidad de formas para relacionarse y
convivir de la pareja. Si estas no se tienen claras, llevan a conflictos en
ocasiones complejos y dolorosos para la relación. Son muchos los retos para las
parejas en esta pandemia.
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