lunes, 2 de septiembre de 2019

CONSTELACIONES Y PSICOTERAPIA


En la escuela diagnosticaron a mi nieto hiperactividad y deficiencia de atención el curso pasado, le recomendaron psicoterapia. Tiene 8 años. Yo a veces voy a Constelaciones Familiares y allí escuché que esto sucede cuando los niños llevan encima destinos de ancestros. Pregunto si sería mejor hacerle una constelación y si puedo yo pedirla para él.

OPINIÓN

La Psicoterapia y las Constelaciones Familiares desempeñan funciones distintas.
En la Psicoterapia, el cliente adquiere habilidades nuevas o recupera alguna ya adquirida, mediante la ampliación de su consciencia y la práctica. 

En las Constelaciones Familiares, el consultante se reconcilia consigo mismo, su origen y la historia de su familia, se libera de implicaciones (repetición de destinos) y comienza a vivir solamente su propia vida. 

En ambas, el resultado es un empoderamiento de la persona sobre ella y sus circunstancias.

Con lo anterior quiero decir que las Constelaciones Familiares no suplen a la Psicoterapia, sino que la apoyan y facilitan.

Sí creo que una Constelación Familiar puede ayudar, porque en ella se observa hacia dónde dirige el niño su mirada; es decir, si con su comportamiento está honrando o reintegrando al seno familiar a algún ancestro excluido u olvidado. También se ve a cuál o cuáles miembros de la familia les toca mirar a dicho excluido y liberar al pequeño de un destino que no le pertenece. La Constelación también suele dejar a los miembros de la familia más abiertos y disponibles para soluciones nuevas.

Respecto a si tú puedes solicitar la Constelación para tu nieto, es mejor que lo hagan sus padres y que por lo menos uno esté presente. Tú puedes asistir y apoyar desde tu alma lo que allí suceda, pero es imposible que te hagas cargo de lo que corresponde a otra persona; en este caso, los papás del niño.

Respecto a la Psicoterapia posterior, Hellinger (fundador de Constelaciones Familiares) solía compararla con la natación. Decía que es más fácil aprender a nadar si previamente se le quita al sujeto una roca que trajera atada al cuello. La roca sería una implicación de destino, la cual nunca es culpa de la persona que la tiene, pues lo único que hizo fue nacer en su familia; sin embargo, le resta posibilidades y la obliga a llevar una carga pesada.

No es exagerado afirmar que en todas las familias hay herencias positivas y negativas qué ofrecer a los más jóvenes, debido a que en su historia ancestral todas han sufrido dolores graves, traumas, conflictos superiores a sus fuerzas, adversidades que les pusieron a prueba y en las que quizá perdieron a un ser querido, o se sintieron obligadas a excluir a alguno porque se fue o porque ofendió gravemente a la familia, y tantas circunstancias que ignoramos.

Será muy bueno que los padres del niño y el psicoterapeuta se pongan de acuerdo en cuándo y cómo tendrá lugar el tratamiento. Ojalá se lo proporcionen y no opten por medicarlo, es frecuente que no haga falta esto último. 

“Psicología” es una columna abierta. Puedes participar con ideas, temas, preguntas o sugerencias en psicologa.dolores@gmail.com

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