lunes, 14 de marzo de 2022

UN MAYORDOMO EFICIENTE

Un 90% de nuestro comportamiento estádeterminado por el inconsciente. Esto puede parecer una exageración, pero no loes. Observando lo que haces en un día cualquiera, podrás confirmarlo. ><. Cuando despiertas y te levantas de la cama,no necesariamente sabes si pisaste primero con tu pie izquierdo o con el derecho,tampoco tienes que vigilar el funcionamiento de los huesos y músculosencargados de movilizarte, ni de los órganos queirrigan, oxigenan y nutren cada una de tus células; el inconsciente lo hace.¡Oh, maravilloso inconsciente!><. Luego, te alistas para salir a la calle. Delas decenas de minutos que transcurren, dedicas unos cuantos para elegir laropa que llevarás puesta, qué rumbo vas a tomar y cuál será el plan de tu día.En esos minutos necesitas tu consciencia; pero luego que hiciste la elección,tu maravilloso inconsciente se encarga de los detalles, como un mayordomoeficaz que responde: “¡Se hará tal como usted diga!”. Las excepciones: cuando no encuentras elpeine en su lugar, entonces le quitas a tu “mayordomo” el control automático ylo haces manual, porque necesitas estar consciente para buscar el peine, con laconsiguiente fatiga que, si es intensa, puede llamarse estrés. >< Después, desayunas y con suerte saboreas unoo dos bocados, los demás son engullidos sin darte cuenta. Luego sales y al llegar a tu destino , tal vez no tienes idea de en cuántos semáforos te detuvisteo cuáles cosas y personas encontraste durante tu recorrido. En cambio, si quieresrebasar o un peatón se atraviesa en tu camino, vuelves a quitar el controlautomático a tu “mayordomo” para tomarlo en tus manos. ¿Qué porcentaje de comportamientoinconsciente crees que llevarías hasta aquí en un día normal?><. Toda acción que repites hasta mecanizarlapasa a ser responsabilidad del inconsciente, como escribir en máquina, andar enbicicleta o conducir. El inconsciente vigila que se cumplan con  exactitud las rutinas que le enseñaste, y soloen caso de novedad (algo distinto de la rutina) acude a tu conciencia para que decidaqué hacer. Por ejemplo, no es rutinario que se encienda un foco rojo en eltablero, se necesita una solución específica.><. Si la “novedad” y la “solución” se repiten juntasun número suficiente de veces, tu “mayordomo” las adopta entre sus rutinas yluego vigila su cumplimiento, así evita que tú te molestes en decidir de nuevoen cada minucia. Por ejemplo, la puerta cerrada del garaje. La solución es bajartea abrir o clicar en el control remoto. Puede llegar el día en que no te descuenta de a qué hora abriste el portón y entraste con tu auto.><. Esta obediencia de tu “mayordomo” se da tantoen el plano físico como en el mental y el afectivo. Si repetidamente le dijiste que tres por tres dan nueve, te ofrecerá éste resultado tantas veces como se losolicites. Si acostumbras llamarte torpe, idiota o algún feo adjetivo, elinconsciente lo tomará como verdad y así te la ofrecerá. Si tu maestra teordena varias veces que te formes al final de la fila, lo harás. Si además unade esas filas era para recibir un regalo o darle a la piñata, puede ser que la oportunidad termine antes de que llegues. Cuando una situación similar serepite, quizá tu subconsciente te diga que debes ubicarte siempre al último, o que eres un marginal, aunque esto sea falso. El inconsciente sólo repite rutinas,hace hábitos. Una mentira repetida es una rutina con apariencia de verdad. ><. En ocasiones, el inconsciente funde una rutina con otra dando como resultado aparentes conclusiones, pero él no decide, sólo obedece. Siempre, siempre. Es probable que tu consciencia esté yapensando en la mejor estrategia para dirigirse a tu subconsciente, de maneraque este haga lo que te conviene y no lo que te sabotea. >< “Psicología” es una columna abierta. Puedesparticipar con ideas, temas, preguntas o sugerencias en psicologa.dolores@gmail.com

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